Como centro de psicología en Bilbao, sabemos que tomar por primera vez la decisión de pedir ayuda psicológica es muchas veces una decisión difícil para algunas personas. Si estás en esta situación probablemente te estén surgiendo continuamente una serie de preguntas y afirmaciones tales como:

-¿Realmente necesito ir a un psicólogo?

-El tiempo lo cura todo así que de momento voy a esperar.

-No va a entender lo que me pasa.

-Me da vergüenza contar a alguien que no conozco lo que me está pasando.

-Creo que tampoco estoy tan mal como para ir al psicólogo.

-¿Sirve para algo ir al psicólogo?

Normalmente, cuando una persona se plantea pedir ayuda psicológica, antes ya ha intentado buscar una solución por si mismo, utilizando los recursos y herramientas que tiene a su alcance, acudiendo a su médico de cabecera, tomando algún tipo de medicación,…. Pero estos intentos no han dado los resultados esperados, para mejorar su salud mental.

Podemos necesitar ayuda psicológica por varios motivos:

-Cuando no nos encontramos bien y aparecen síntomas negativos que te provocan malestar (angustia, miedo, ganas de llorar, insomnio, ira…).

-Cuando no nos entendemos lo que nos pasa, pero hay algún problema que dificulta nuestro equilibrio y bienestar emocional, afectando o dificultando las actividades básicas de la vida diaria y/o las relaciones con otros.

-Cuando sabemos lo que nos pasa, pero no encontramos la manera de solucionarlo.

-Cuando observas que «la historia se repite» y tienes dificultades que aparecen una y otra vez en tu vida.

-Cuando queremos realizar un crecimiento personal, conocernos mejor, potenciando nuestros recursos para llevar una vida más plena y feliz.

Cada persona y cada problema son diferentes, por lo que cada caso requerirá un tiempo específico. Es difícil determinar con anterioridad su duración exacta, ya que ésta depende de varios factores como son el tipo de problema, su gravedad, el tiempo que lleve instalado, la reacción de la persona al tratamiento y de la colaboración y el compromiso del paciente con la terapia psicológica. Este compromiso es fundamental e implica, una vez que el paciente solicita ayuda psicológica, una asistencia regular a la consulta de psicología y la asunción de la propia responsabilidad en el proceso de cambio. Es importante ser conscientes de que un problema que lleva conviviendo con nosotros mucho tiempo difícilmente puede resolverse en unas pocas sesiones. Nuestra experiencia nos indica que gran parte de los problemas se suelen resolver en un periodo aproximado que suele oscilar entre los tres y seis meses. No obstante, hay personas que experimentan cambios desde el primer momento de la terapia psicológica, en unas pocas sesiones y otros necesitan realizar una terapia psicológica de larga duración.

Somos conscientes de que realizar un proceso psicoterapéutico requiere asumir un gran esfuerzo personal y económico, pero creemos que no hay mejor inversión que alcanzar nuestro bienestar emocional y una sana autoestima, por lo que desde nuestro centro de Psicología en Bilbao, Inicia Psicólogos Bilbao, nuestro objetivo es conseguir una mejora perceptible desde las primeras sesiones de la terapia psicológica.

Es importante que seas consciente de que, cuanto más se prolongue el malestar, más difícil será erradicarlo. Por eso se recomienda que no esperes demasiado antes de pedir ayuda psicológica ya que cuando los problemas se atajan a tiempo, suelen tener fácil solución.

En un primer momento se recomienda asistir a las sesiones de psicología con una frecuencia semanal. Cuando la persona comienza el proceso de cambio, las sesiones de psicología se espaciarán cada vez más hasta el alta definitiva.

Para ejercer profesionalmente como psicólogo es necesario estar colegiado. La confidencialidad es un requisito que impone la colegiación y uno de los deberes fundamentales del psicólogo, recogidos en el código deontológico que guía el ejercicio de nuestra profesión de psicología en Bilbao.
La confidencialidad consiste en no difundir los datos del paciente o transmitirlos a terceros, sin el consentimiento expreso del paciente.

No siempre es preciso tomar medicación, dependerá de la severidad o intensidad del problema. En aquellos casos que, después de la evaluación diagnóstica, se considere oportuno combinar la terapia psicológica y el farmacológico, se trabajará coordinadamente con el especialista.